El reciente éxito alcanzado por la Selección Colombia de fútbol femenino ha despertado una ola, cada vez más creciente y justificada, de apasionamiento por esta práctica deportiva, en un país que se mueve entre los contrastes con sus jugadoras.

La clasificación lograda a Juegos Panamericanos y Olímpicos, así como para el Mundial, más el gran partido disputado la noche del sábado en Bucaramanga ante la súper potencia mundial Brasil, que solo pudo imponerse a Colombia con un tiro penal, ha despertado desde la admiración, hasta la solidaridad.

Y es que es innegable el progreso, a pasos agigantados, del fútbol femenino. A tal punto que sus jugadoras, a pesar de que no tienen una equidad salarial y una competencia profesional continua, están seguras de que algo más pudieron haber hecho.

Así lo dejó retratado la capitana de la Selección y de las ‘Tiburonas’ de Junior, la antioqueña Daniela Montoya, quien al final del partido, bordeando las lágrimas, lamentó el histórico subcampeonato.

“Queríamos darle esta copa al país y en realidad dimos todo en la cancha. El fútbol es muy injusto, una que tuvieron y… sin palabras. De tú a tú les fuimos a jugar y ellas se veían que estaban asustadas. No hacían tres toques, impusimos nuestro juego, jugamos a nuestro estilo, demostramos que estamos para grandes cosas.  Para mi somos las campeonas. Esto es un punto de partida y aquí depende de todos”, reseñó la volante.

Admiración por todos lados

Tanto llamó la atención lo realizado por ellas, que los dos más importantes referentes de Colombia en la última década se rindieron a sus pies.

“Solo agradecimiento y orgullo por sus logros y profesionalismo”, trinó la mañana de este domingo el samario Radamel Falcao García en un mensaje dirigido a sus colegas.

“Gran torneo de la Selección Femenina. Toda mi admiración y respeto por cada una de ellas”, dijo James Rodríguez, reconociendo los logros que han tenido las damas y donde han fallado ellos, como clasificar al próximo Mundial o por lo menos jugar una final de la Copa América.

El entusiasmo ha sido tanto que, hasta el Presidente electo, Gustavo Petro no pudo evitar enviarles una enhorabuena. “Muy bien jugadoras. Felicitaciones al fútbol femenino de Colombia”, afirmó.

Días antes, había dicho que, en su Gobierno, dará un impulso importante a su actividad deportiva.

“De verdad, verdad. Poder a la mujer. Una de las primeras tareas del ministerio del deporte es lograr que se constituya la liga de fútbol femenino”, prometió.

Pero es que esto no es solo con promesas, hay muchos problemas de fondo que tienen al fútbol femenino adormecido, en un letargo del cual no han podido despertar del todo y que, como lo dijo Daniela Montoya, dependen de mucho trabajo.

“Ya estar aquí, poco más de seis meses y poder estar cerca de la realidad del fútbol barranquillero y por decir costeño, el diagnostico que te puedo dar, es que realmente estamos en un coma eterno. Se quieren hacer varias cosas, pero no terminan de avanzar”, expresó a Zona Cero una voz más que autorizada.

Se trata de la barranquillera Yinaris García, entrenadora profesional de fútbol, graduada en Alemania y técnico del equipo femenino de Junior en la pasada Liga Colombiana.  

Estos son los problemas

García, quien completa ya varios años como una doliente de esta causa y que desde Alemania vio como el país se quedaba en la gestión de su fútbol femenino, dice que por mucho que el equipo profesional lo intente, como dice el refrán, ‘una golondrina no hace verano’.

A Yinaris le preocupa particularmente la región y, sobre todo, Barranquilla.

La Liga del Fútbol del Atlántico tuvo tres categorías el año anterior para el fútbol femenino. Primera Especial, 2004 y 2006, en las tres se impuso la escuela de Kellys Peduccini.

En este 2022 repetirán tres categorías, esta vez Primera Especial, 2008 y 2006. Y aunque esto es una buena semilla, todavía está muy lejos de lo que aspira Yinaris para el fútbol femenino local.

“Lo poco que ha hecho a nivel de un club como Junior, no es suficiente para abarcar a 10 ciudades de la región. Estamos en una deuda enorme, con relación a otros departamentos de Colombia, como el Valle del Cauca, como Antioquia, donde tienen por ciudad, dos, tres y hasta cuatro equipos. Nosotros no terminamos de despegar, de aprovechar el talento que tenemos en la ciudad”, comentó.  

“Falta muchísima más gestión, en Junior se han tratado de cambiar cosas, en anterior liga tuvimos una base de 14 o 15 jugadoras netamente costeñas, de los clubes locales y de regiones muy cercanas y otras de rinconcitos apartados donde nadie se mete y nadie ve. Pero no es suficiente y es muy poco para lo que se tiene que hacer”, añadió.

Talentos indiscutibles

García explicó que lo que ha podido palpar, durante sus veedurías con el equipo la tienen impresionada.

Pues, aunque siempre ha visto el talento de primera mano, considera que en la actualidad está silvestre y sin el trabajo que hace falta para llegar a la excelencia, poniendo como un punto de comparación a Linda Caicedo, la mejor jugadora de la Copa América, con tan solo 17 años.

“Ahora, las virtudes que tenemos acá, eso es impresionante. He visto jugadoras de calidad técnica impresionante. Eso no es sorpresa, lo que sí lo es que no lo sepamos aprovechar. Hay jugadoras de 15 y 16 años, que, con proceso adecuado, con una implementación de trabajo, podrían ser una Linda Caicedo también. Y es que no tienen el apoyo, ni los recursos para estar en un club mínimamente amateur”, indicó.

Y ese podría ser el mayor pecado en este momento del fútbol atlanticense. Se está muriendo de hambre con la dispensa llena.

“Estamos desperdiciando a la jugadora costeña, súper habilidosa con la pelota, encaradora, con mucha picardía y traviesas. Sería bueno mostrarle todo eso al país, la identidad de nosotras. Es un proceso que se puede tardar, porque hay que reforzarse con jugadoras de otra parte, pero la idea es que nosotras no nos tengamos que adaptar, sino que sean ellas las que se adapten al fútbol costeño y podamos hacer un equipo que de placer verlo”, deseó con gran anhelo.  

La costa, con el potencial para dominar

En la selección Colombia hay algunos nombres de talento costeño que brillaron durante el torneo, como la sucreña Mónica Ramos o la cordobesa Leicy Santos, lo cual demuestra que todo el potencial está ahí. Lo que pasa es que no se ha podido explotar por parte de la región.

“Nos falta aprovechar mejor a nuestras jugadoras, tener mejores procesos, canteras y a eso se está apuntando. La idea aquí es dejar unos planes de desarrollo en marcha para lo que se viene este semestre y el próximo año y realmente poder cambiar un poco la realidad que estamos viviendo y poder sacar cada vez más jugadoras”, planteó García.

El sentir va más allá de eso. Dice que deberían surgir equipos en toda la región para poder disparar al deporte.

“Ojalá se nos unan otros equipos de la ciudad, ojalá se vuelvan a sumar el Unión Magdalena, el Real Cartagena, algo sé de Jaguares y, por qué no, de los lados de Valledupar y La Guajira también sería bueno que se animaran a participar”, dijo.

Para Yinaris, quien trabajo en el fútbol semiprofesional alemán, el trabajo concentrado podría hacer del Caribe y del Atlántico, se trasforme en el gran protagonista del fútbol femenino en Colombia.

“En un tiempo podríamos ser la región que mande la parada en el fútbol femenino en el país. Por ahora estamos en deuda, se avanzan tres pasos, se retrocede uno, avanzamos cuatro, a veces nos mantenemos, pero tampoco es regular. Quiero dejar mi experiencia a disposición de esto y hacer un trabajo que deje en las chicas y la afición la idea de que hay otras formar de hacer las cosas”, cerró.

Yinaris García terminó señalando que Junior está trabajando para mantener la base de jugadoras costeñas para la Liga Femenina del 2023 y así continuar con el proceso, mismo que podría servir para sacar al fútbol femenino del bache en que está.